This article was written by guest author Luis F. P. Leiva Fernandez*. This is part of a series of opinion articles and the original Spanish version can be found below. 

For six months every legal player must verify the survival of the regulations on which their activity is based, in order to present the observations foreseen under art. 20 of Act 26.939, as it may appear as invalid in the DJA (Digesto Jurídico Argentino [Argentinean Legal Digest]).

I was surprised on verifying that art. 6 of the A. 21.342 states: “The state guarantees freedom of contract and the normal exercise of the rights of parties to contracts in leases that start after January 1, 1974. The conditions agreed between tenants and landlords will not be altered by the public authorities, nor will they apply measures related to urban leases that must be complied with at the expense of only one of the parties.”

These grounds declare the aim to restore freedom of contract, which has been infringed since 1921 by numerous emergency urban lease laws.

Act 21342 regarding Urban Leases is classified by the DJA as procedural, but it is actually a civil law as it contains Section V “Procedural regulations” meaning that the rest of the law is substantive, although some of the regulations have been transferred to the CPCC (Codigo Procesal Civil y Comercial de la Nacion [National Civil and Commercial Procedural Code]).

The DJA considers the term satisfied and revoked, stating that “Section I was revoked as satisfied, given that the terms of this section as established in Article 1, will govern leases and sub-leases for urban buildings destined exclusively for residential purposes (furnished or unfurnished) that came into force prior to January 1974 and with a contract duration that expired when this Act 21.342 entered into force (published on June 30, 1976). This covers Article 1 to 22.”

This is incorrect as art. 6º uses a very different time window as it refers to leases that began or will begin as of January 1, 1974, i.e. from that date into the future.

Said article was introduced to end the parallel law and re-establish the validity of the Civil Code. This is to lease law, what the rainbow is to the Bible: a unilateral promise not to harm mankind. A guarantee to preserve legal security.

This is a property guarantee, as in the Uruguayan legislation that inspired it, and involves State responsibility. It is not about the State not being able to dictate emergency legislation for urban leases, but that it can in its actions – even where these are licit – cause damage to an individual, and should compensate.

The responsibility for legislative activity has legal coverage (V. Verdicts 312:659), even for licit acts that cause damage, similar to the redundancy laws for public employees. It also accounts for penalizing an unconstitutional or null, regulation; for not publishing it; for not regulating it and for the damages caused by regulatory change and for infringement of a legal guarantee.

The guarantee of art. 6º of Act 21342 can be derogated or declared invalid, as the DJA does, but the effects incurred will remain as they are protected by the property acquisition guaranteed under article 17 of the National Constitution.

*Luis F.P. Leiva Fernandez is the Thomson Reuters’ Director of Annals of Argentinean Law; professor at the UBA, UNLP, Austral. Hon. Prof. at the Universidad Complutense de Madrid [Complutense University of Madrid], San Agustín de Arequipa [San Agustín University], Católica Santa María de Arequipa [Católica Santa María de Arequipa University], Universidad Privada del Norte de Trujillo [Private University of the North of Trujillo], Univ. Inca Garcilaso de la Vega de Lima [Inca Garcilaso de la Vega Lima University] and Ningbo University (People’s Republic of China). Member of the Academia de Iusprivatistas Europeos de Pavía [Pavia Academy of Jurisprudence].

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Durante seis meses cada operador del derecho deberá verificar la subsistencia de las normas sobre las que asienta su actividad para presentar las observaciones previstas en el art. 20 de la ley 26.939, pues, es posible, que en el DJA aparezca como ley no vigente.

Yo me llevé una sorpresa al verificar el art.6 de la L. 21.342 que expresa: “El estado garantiza la libertad de contratación y el ejercicio regular de los derechos de los contratantes en las locaciones iniciadas o que se inicien a partir del 1º de enero de 1974. Las condiciones pactadas entre locadores y locatarios no serán alteradas por el poder público ni éste aplicará medidas en relación con las locaciones urbanas que deban ser cumplidas a expensas de una sola de las partes.”

En sus fundamentos declaró la pretensión de restaurar la seguridad jurídica contractual, vulnerada desde 1921 por múltiples leyes de emergencia en materia locativa urbana.

La ley 21342 de Locaciones Urbanas clasificada en el DJA como procesal, no es tal sino civil, porque tiene un Título V denominado “Normas procesales” por lo que va de suyo que el resto de la ley es de fondo, aunque algunas normas hayan pasado al CPCC.

El DJA la considera de plazo cumplido y derogada expresando que “El Titulo I se ha derogado por plazo cumplido ya que las disposiciones de ese título conforme establece el Artículo 1 regirán las locaciones y sublocaciones de inmuebles urbanos destinados exclusivamente a vivienda, con muebles o sin ellos, iniciadas con anterioridad al primero de enero de 1974 y cuyo plazo contractual estuviese vencido a la fecha de entrada en vigencia de la esta ley 21.342 (publicada el 30 de junio de 1976). Ello abarca del Artículo 1 al 22.”

Esto es inexacto pues el art. 6° utiliza una ventana temporal muy diferente pues se refiere a las locaciones iniciadas o que se inicien a partir del 1 de enero de 1974, es decir desde entonces al futuro.

Dicho artículo vino a poner fin al derecho paralelo restableciendo la vigencia del Código Civil. Es al derecho locativo lo que el arco iris a la Biblia: un compromiso unilateral de no afectar la especie. Una garantía patrimonial de mantener la seguridad jurídica.

La garantía es patrimonial como lo es en la legislación uruguaya que la inspiró y compromete a la responsabilidad del Estado. No se trata de que el Estado no pueda dictar leyes de emergencia en materia locativa urbana, pero si con su actuar -aun siendo lícito – ocasiona algún daño a un particular, deberá resarcirle.

La responsabilidad por actividad legislativa tiene recepción judicial (V. Fallos 312:659) incluso por acto lícito que genere un daño, a semejanza de las leyes de prescindibilidad de empleados públicos. Igualmente responde por sancionar una norma inconstitucional; una nula; por no publicarla; por no reglamentarla; por los efectos dañosos de un cambio legislativo y por quebranto de una garantía legal.

La garantía del art. 6° de la ley 21342 puede derogarse o declararse no vigente como lo hace el DJA pero subsistirían los efectos producidos que resulten protegidos por la adquisición patrimonial garantizada por el artículo 17 de la Constitución Nacional.

*Luis F. P. Leiva Fernandez es Director de Anales de Legislación Argentina de Thomson Reuters; Catedrático UBA, UNLP, Austral. Prof. Hon. de las U. Complutense de Madrid, San Agustín de Arequipa, Católica Santa María de Arequipa, Univ. Privada del Norte de Trujillo, Univ. Inca Garcilaso de la Vega de Lima, y de Ningbo University (Rep. Popular de China). De la Academia de Iusprivatistas Europeos de Pavía.

 

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